viernes, 12 de febrero de 2010

Ya no busco a nadie en esta ciudad

En este inmenso libro lleno de paginas escritas de reversos, mi vista no se conforma con nada, mi cabeza no hace conexión, y mi conciencia esta perdida en algún lugar que ni yo se donde queda. Pequeñas frases fijan mi vista sin alterar mi inmutable estado mental, pérdida en un mundo desconocido, de una nada absorbente y adictiva. Dentro de tanta nada ese “despiértame” suena fuerte, devolviéndome de golpe a este libro, viendo caminos los cuales se formar con letras, cada uno con distintas direcciones, llevándome cada uno a un lugar muy distinto de donde desemboca el otro.

El instinto me lleva al del medio, este es largo, me hace cambiar varias veces de páginas, para poder seguirlo. Las palabras comienzan a imitar las siluetas de casas y edificios, como si fuera una ciudad, y deslumbrado a mis ojos. Sin darme cuenta me absorbe, y término caminando en aquella ciudad de letras, desconcertada entre tanta palabra. Mientras avanzo comienzo a notar que algunas casas tienen ventanas con siluetas de personas, sombras de estas mejor dicho, las miro con curiosidad pero tratando de que no lo noten quienes las habitan. He vagado por horas, solo mirando sombras y letras, ni canciones ni caras, ni ruidos ni colores, solo sombras y de esta misteriosa ciudad. Una melodía llama mi atención, ya que algo más que el sonar de mis pasos causa ruido, y poniendo a prueba mis sentidos me propongo encontrarla. Dejo atrás casas y edificios, ventanas y sombras, hasta que algo parecido a un parque me lleva al origen de aquello que causa sonido más que yo. Veo la silueta de una persona, de espaldas, con algo que supongo que es una guitarra, por el sonido que genera mas que nada, que toca, sin cantar ni susurrar, solo generar algo de sonido en este mundo el cual no se habrá de hablar. Me acerco con cautela, para no estropear aquel sonido, no muy convencional, pero para mi agradable, tranquilizante y hasta hipnotizante.

Camino intentando hacer el menor ruido posible hasta quedar enfrente de aquella silueta, la cual no se si me percibe, pero con su melodía prosigue, como si yo no le molestara, incluso como si mi presencia le agradará. Me siento mirándolo fijo, entre cerrando los ojos y escuchando, dejándome llevar y comenzando a sentir algo, después de tantas horas de solo caminar. Empiezo a creer que a esté lugar me quería traer aquel camino, escogido por ese “algo más” presente en mi. En este “parque” cerca de esta “silueta” con aquella “melodía” quería que entrecerrara los ojos, que me dejara llevar y que solo comenzara a caminar, sin importar el como o el donde, solo hacerlo, buscando sin hacerlo, para ver si algo encontraba, si algo más que alertará mi interés, poniendo en juego hasta donde llega mi curiosidad, y mostrando que hasta donde llegue que YA no busco a nadie en esta ciudad.


Eres el sonido de mi ciudad ♬ ♪